• Entre 2011 y los primeros cinco meses de 2015, la Fiscalía hondureña recibió 297 denuncias por diferentes “delitos cometidos” por militares hondureños, entre ellos asesinatos, violaciones, torturas, abusos y desaparición

forzada.

• Los delitos como abuso de autoridad, violencia doméstica, daños, lesiones y faltas contra las personas son los más denunciados según datos del Ministerio Público.

Tegucigalpa, Honduras (Conexihon). – El 2 de septiembre de 1995 miembros del Congreso de los Estados Unidos enviaron una carta al presidente William J. Clinton como parte del proceso de desclasificación de información pública para conocer la verdad sobre los abusos militares cometidos por las Fuerzas Armadas en Honduras.

«Estimado Señor Presidente: El Gobierno de Honduras está haciendo un serio esfuerzo para reducir la influencia de las Fuerzas Armadas en asuntos civiles. En julio, el gobierno acusó a 11 militares entre ellos activos y retirados por su alegada responsabilidad en el secuestro y tortura durante los años ochenta (…)», decía la carta.

El escenario de esta misiva fue la ciudad de Washington, DC, a más de 5,300 kilómetros de distancia de Tegucigalpa, la capital de Honduras. Este proceso de solicitudes de información fue realizado por el entonces Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh), Leo Valladares Lanza, que publicó el informe preliminar en “En búsqueda de la verdad que se nos oculta”.

Cuatro años antes de que los congresistas estadounidenses enviarán esa carta a Clinton, la impunidad de las Fuerzas Armadas se puso en vilo porque varios de sus miembros fueron acusados por la violación y asesinato de la estudiante, Riccy Mabel Martínez Sevilla.

Su cadáver fue encontrado en un riachuelo el 15 de julio de 1991. El testigo principal de este crimen fue asesinado en un aparente robo. 

Diez años después del caso: Riccy Mabel Martínez Sevilla.