sábado, marzo 23, 2024
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COFADEH, 36 años de lucha contra el olvido

Santa Ana, Francisco Morazán (Conexihon).- En búsqueda de justicia, en el país del odio, la muerte y la impunidad, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) celebró el pasado 30 de noviembre, su 36 aniversario en la siembra de memoria histórica.

Las víctimas, las familias, defensores y defensoras con un papel destacado en la lucha por encontrar a quienes el militarismo hondureño y el retorno a la «democracia» presidencialista de la década de los 80, practicó la desaparición forzada, se encontraron a 20 kilómetros al sur de Tegucigalpa, para conmemorar los 36 años de la organización defensora de derechos humanos.

Enfrentando la intromisión estadounidense, con la instalación de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), a finales de los años 70 e inicios de los 80, para eliminar a opositores políticos y procesos de liberación en Centroamérica, el COFADEH fue el punto de encuentro de las esposas, las madres, hermanas en demanda de justicia, quienes se constituyeron un 30 de noviembre de 1982.

En el “Hogar contra el Olvido”, fue el espacio donde la organización defensora de los derechos humanos recordó a través de la poesía y el canto, como ofrenda a líderes y lideresas sociales, celebradores de la palabra, periodistas, maestros, sindicalistas, estudiantes, detenidos desaparecidos entre 1979 a 1992.

Ante la respuesta de hace 36 años de un ¿Dónde están? El poeta uruguayo Mario Benedetti así los llama y recuerda a los desaparecidos y desaparecidas:

“Cuando empezaron a desaparecer, hace tres cinco siete ceremonias, a desaparecer como sin sangre, como sin rostro y sin motivo, vieron por la ventana de su ausencia, lo que quedaba atrás /ese andamiaje de abrazos cielo y humo”.

Uno de los sobrevivientes de la década de los 80, Sergio Rivera resumió los 36 años de existencia del COFADEH en una frase simbólica “Para todo lo que hace, puedo resumirlo en una sola palabra, significa vida”.

Rivera, exdirigente estudiantil y vivió las detenciones ilegales. Actualmente lucha por la memoria de su compañero Roger González, desaparecido en 1988. El ahora catedrático universitario da testimonio que, su andar por las calles de Tegucigalpa es gracias a un recurso, una acción preventiva en pro de sus derechos.

“Personalmente, COFADEH en más de una ocasión ha intercedido por mi seguridad personal y de algunos compañeros y compañeras que igual sienten ese agradecimiento y cariño”, expresó el también líder magisterial.

Asistentes al 36 aniversario del COFADEH. En primer plano su Presidenta, Liduvina Hrnández, Oscar Anibal Puerto, Carlos H. Reyes; al fondo Maria Elena Méndez y la Cooridinadora general de la organización, Bertha Oliva.

Mujeres, guerreras de la esperanza

Los diferentes invitados e invitadas al encuentro por la memoria, a medida llegaban, sonaba la música de grupos como “Luz y Fuerza”, del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) y de Aldo Rubio, joven luchador de la Península de Zacate Grande.

El evento inició con las palabras de Liduvina Hernández, presidenta del COFADEH, agradeciendo la presencia quienes atendieron la convocatoria por lo que ella definió como “acompañar nuestro dolor” ante la pérdida de un ser querido, por la política de Estado impuesta en Honduras bajo los gobiernos aparentemente democráticos de los años 80.

A “doña Vina” como es llamada con cariño por quienes la conocen, le quitaron a dos hijos; Enrique López Hernández, secuestrado en septiembre de 1982 en la aduana de El Guasaule. Según información del COFADEH venía en compañía de Julio César Méndez, María Ediltrudiz Montes y Francisco Samuel Pérez.

Mientras que, para julio de 1991 Marco Tulio López Hernández, su otro hijo, fue asesinado. Este dolor lo transformó en testimonio, al publicar su historia en el libro “Mujeres contra la Muerte” siendo Óscar Aníbal Puesto el recopilador.

Estos 36 años están llenos de dolor, describe doña Liduvina. “Lloramos y lloraremos hasta que Dios nos recoja”.

Hernández apuntó que, con el pasar de estas tres décadas de dolor en las familias de los detenidos desaparecidos, el país sangra, llora por quienes han agarrado el ejemplo de los jóvenes de los 80.

Posteriormente tomó la palabra Berta Oliva, Coordinadora General del COFADEH. Para el 11 de junio de 1981 secuestraron y posteriormente desaparecieron a su compañero de lucha y vida, el profesor Tomás Nativí Gálvez.

Sin embargo, para ella y con quienes comparte el dolor de una víctima de la desaparición forzada de los años 80 “construimos complicidades, no sólo con una persona, sino con todas las que se suman y abrazan el deseo de libertad”.

Estos 36 años fueron nombrados como “Sembrando Memoria” y para Oliva la forma de liberar al pueblo es el trabajo por la misma “para que los hechos del reciente pasado no se olviden”.

La herencia -destacó Bertha Oliva- de los desaparecidos y desaparecidas es el amor. A pesar del poco tiempo compartido, es el suficiente para entender (como objetivo final) que la dignidad de los pueblos no tiene precio y COFADEH trabaja bajo esa premisa.

El arte para justificar la necesidad de sembrar memoria

La producción literaria se hizo presente con la presentación del texto Tomás Nativí Gálvez “En las calles, está el poder”, del abogado Óscar Anibal Puerto. Un texto dedicado a la memoria del líder social retratado con el relato del histórico defensor de derechos humanos.

“¿Qué nos unió? La respuesta es muy sencilla: el odio a la injusticia, nuestro disgusto ante la situación de postración de Honduras. Creíamos que había que hacer algo y actuar antes que el país se hundiera”, es una de las partes que el libro evoca sobre el encuentro histórico entre el autor del libro y la memoria de Tomás Nativí.

Hubo poesía, escrita y vivida desde la época del terror. La escritora y periodista Olga Iris Mencía, tomó una hoja de papel, su lápiz y los recuerdos. Presentó dos poemas, uno de ellos más que improvisado, es guiado por el recuerdo de una década que pretenden sea olvidada. Seguidamente leyó “Construcción” en un texto pronto a editar.

El poeta Félix Cesario intervino con el poema “Secreto de Estado”, el cual forma parte de su reciente publicación “Tiempos del Terror”, presentada en agosto pasado en las instalaciones del COFADEH en la capital. Y la dramaturga Susan Arteaga, envolvió al público entre incienso, flores y música, con la historia indígena “Onironautas” (viajeros del sueño), de la maestra Amanda Castro.

Igualmente hubo espacio para reconocer la trayectoria de Marcia Aguiluz, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), por su aporte a la defensa de los derechos humanos y su trabajo de cerca con el COFADEH.

La noche cayó en el templo de y por la memoria. “por otros 36 años más” dijo en el brindis la defensora Gilda Rivera., Como menciona el poeta Roberto Sosa, así comienza otro ciclo más contra el olvido en una organización donde no han podido “destruir ni desarmar, nuestros pesares juntos”.

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